martes, 18 de diciembre de 2007

La oda a la Tapa


La tapa. Eso que inevitablemente va ligado a la cerveza, el tinto, el mosto, el refresco, etc. No es comida, ni tampoco picoteo; pero es un arte. Un arte imposible de clasificar. Me he encontrado con esta oda a la Tapa y necesariamente me he visto obligado a ponerla aquí, ya que si hay algo que yo echaría de menos de mi Granada, serían las tapas de sus bares.

Por todos los colegas de tapas, por vosotros que convertís una tarde aburrida en una visita al museo del placer gastronómico, va este post tan nuestro. Tan de la tierra.




La liturgia del tapeo
tiene sus sagradas reglas,
y ese ritual gastrosanto
no lo domina cualquiera.
Estos son los fundamentos
de la liturgia tapera:
el tapeo es un paseo,
es una peripateia,
vía crucis de estaciones
más o menos suculentas.
Paladeo itinerante
que es de barra y no de mesa.
El tapeador es errante,
es mudable cual veleta,
sediento, mas no sedente,
tiene sed, mas no se sienta.
Es erratil mariposa
es trasegante libelula
que liba de flor en flor,
o de taberna en taberna.
El buen tapeador no come,
el buen tapeador tapea,
jamas confunde el tapeo
con el almuerzo o la cena.
El tapeo cual Dios manda
no devora aboca llena,
nunca jamas se atrganta,
simplemente picotea,
con un toque de elegancia
en sus estrictas maneras.
Escucha la letania
que el sacerdote le reza
devotamente, en silencio,
con profunda reverencia.
Depues elige su tapa,
tranquilamente la espera,
sin un agobio, una prisa,
ni una palabra de urgencia.
Luego, la prueba despacio,
luego, despacio la prueba,
entre bocado y bocado
con cariño la contempla,
la pasea con la mano,
la acaricia con la lengua,
sin el minimo aspaviento
la mima, la paladea,
le da un poquito de coba,
incluso habla con ella.

Y cuando queda un restillo,
pone fin a la faena,
que nunca el buen tapeador
se come una tapa entera.
El buen tapeador evita
esa costumbre tan fea
de aproximarse el platillo
a la boca insatisfecha,
y asi beberse la salsa
cual beberse una cerveza.
Beberse la salsa del plato
es una costumbre horrenda.
Para coger aceitunas,
el buen tapeador no emplea
ni tenedor ni palillo,
como hacen los horteras,
y, por supuesto, el meñique
no estira en postura erecta,
porque estirar el dedito
es cursilada tremenda.
El tapeador ortodoxo
jamas probo una hamburguesa.
El buen tapeador que es sabio,
sabe con quien se la juega,
y bien sabe en que santuario
sus reales aposenta.
Al buen tapeador le gustan
salmodias de esta manera:
"Marche la cola de toro,
los fideos con almejas,
el menudo, el sanjacobo,
el pavia, la cloqueta,
esa sangre encebollada,
esa tortilla campera,
el boqueron en vinagre,
las albondigas caseras,
esos calamares fritos,
ese pulpo a la gallega,
bacalati con tomati,
el rape a la marinera,
los esprragos trigueros
con su clara y con su yema,
el potaje de judias,
el potaje de lentejas,
el potaje de alcauciles,
el potaje de habichuelas,
las acelgas con garbanzos,
los garbanzos con acelgas.
Marchen esas espinacas,
marchen las coles morenas,
las acedias de Sanlucar
y las gambitas de Huelva.
Las cigalitas, medianas,
las cañaillas, pequeñas,
tortilla de camarones,
el pisto de berenjenas,
ese cazon en adobo,
esa urta a la roteña,
esas papas aliñas,
ese pollito a la cazuela.
Los calamares rellenos,
las aceitunas rellenas,
esos riñones muy tiernos,
esas habitas muy tiernas.
Los huevos esparrgados,
los huevos con mayonesa,
los huevos con tacarnina,
los huevos a la flamenca,
y, ya metido en huevos,
el aliñito de huevas.
El montaito de lomo,
el lomito con manteca,
de gallina la pechuga,
de cordero la chuleta,
el solomillo, de cerdo,
el entrecot, de ternera,
y de los cuatro animales
marchen cuatro calderetas.
El revueltito de sesos,
el revueltito de setas,
unos choquitos muy blandos
y una mojama muy tiesa,
el aliño de bonito,
el picadillo de melva,
la caballita en aceite
el atun en vinagreta,
las coliflores muy blancas,
y las almejas muy negras.
Esos pimientitos fritos,
esa raya a la pimienta,
y ese milagro porcino
que da perfume a la sierra:
morcon, cañita de lomo
y jamon de pata negra.
Y si esperan dos minutos,
¡esta al salir la paella!"



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domingo, 11 de noviembre de 2007

La enfermedad más antigua que existe

Mis problemas de a diario son comunes a la gran mayoría de la especie: nos sobran hormonas y no tenemos por dónde quemarlas. Así vivimos, a lo salvaje, con nuestros más primitivos instintos a flor de piel, andando por la calle como el Homo Erectus que busca una presa para satisfacer su hambre. La metáfora es de lo más gráfico, así que no caeré en la bajeza de explicarla.

El caso es que, gracias a lo que sea, hace mucho que no tengo problemas gordos y los anteriormente comentados problemas hormonales son mis mayores quebraderos de cabeza; pero no todo el mundo está igual. Hoy, antes de acostarme, quería dejar este detalle para una persona que empieza a ser importantísima en mi vida. Tú tienes más problemas que yo, y sin embargo eres la viva imagen del veterano de los tercios con la cabeza alta y terrible hasta en la derrota.

Algún día seremos compañeros de gremio. Hablaremos de patologías, diagnósticos, esquizofrenias y edenfrenias (cortesía de la médico Raquel), de la eritropoyesis, de si la prednisona sirve para la conjuntivitis alérgica. Haremos diagnósticos diferenciales de las cosas que pasan, y veremos cómo la enfermedad más antigua que existe, y la más terrible, es al mismo tiempo la más duradera y volatil, porque aguanta eternamente pero se cura ella sóla.

Hoy te dedico esta canción, metafórica como tu H2O2, irónica si lo quieres ver así. Es la única forma que se me ocurría de hacerle un homenaje a la chica con los cojones más grandes del planeta. Un día hablaremos de todo eso, de patologías, hormonas, mal de amores y bilirrubinas.




Oye, me dio una fiebre el otro día
por causa de tu amor, Cristiana,
que fui a parar a enfermería
sin yo tener seguro de cama.

Y me inyectaron suero de colores, hey...
y me sacaron la radiografía,
y me diagnosticaron mal de amores, hey...
al ver mi corazón como latía.

Oye, y me trastearon hasta el alma
con rayos equis y cirugía
y es que la ciencia no funciona.
Sólo tus besos, vida mía

Ay negra, mira, búscate un catéter, hey...
e inyéctame tu amor como insulina
y dame vitamina de cariño, hey...
que me ha subido la bilirrubina...

Ay...

Me sube la bilirrubina
¡ay! me sube la bilirrubina
cuando te miro y no me miras
¡ay! cuando te miro y no me miras
y no lo quita la aspirina
¡no! ni un suero con penicilina
es un amor que contamina
¡ay! me sube la bilirrubina

¡Oye!

Oye, me sube la bilirrubina a mí
¡ay! me sube la bilirrubina
cuando te miro y no me miras
¡ay! cuando te miro y no me miras
y no lo quita la aspirina
¡no! ni un suero con penicilina
es un amor que contamina
¡ay! me sube la bilirrubina

Ay negra, mira búscate un catéter, hey...
e inyéctame tu amor como insulina
vestido tengo el rostro de amarillo, hey...
que me ha subido la bilirrubina...

Ay...

Me sube la bilirrubina
¡ay! me sube la bilirrubina
cuando te miro y no me miras
¡ay! cuando te miro y no me miras
y no lo quita la aspirina
¡no! ni un suero con penicilina
es un amor que contamina
¡ay! me sube la bilirrubina.




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martes, 9 de octubre de 2007

El Sol, por el Sur


Aunque capitaneemos un buen velero, con buenas velas y buena tripulación, eso no es suficiente para llegar a nuestro destino.

Necesitamos un timonel que dirija el galeón, amarrado al timón como la piel al cuerpo, valiente, honrado, eficaz incluso en la tempestad.

Y necesitamos una brújula que nos indique el rumbo. Las clásicas marcan el Norte. La de Jack Sparrow, gran amigo mío, señala a lo que más se desea. La mía apunta al Sur. Dice que en el Norte está el Sur; y que en el Sur es donde estás tú. Eso es lo que ocurre cuando pierdes el rumbo: la brújula cambia de orientación y la guitarra te regala una canción.


Desquiciando… a la luna entre versos sinceros,
intentando reordenar las seis estrellas del cielo.
Paseando… de la mano de la amargura,
intentando reconfigurar mis partes oscuras.

Hoy sale el Sol por el Sur, está como una regadera,
o lo mismo soy yo el loco
y es que el Sur ya no es lo que era,
las noches de fiesta afectan directamente a la razón,
pierdes la cordura y el orgullo
pero ganas corazón, corazón...
¡corazón!

Me gira la cabeza
y es que el tiempo se ha parao,
te canto, te canto y no miras,
me tienes desesperao.
Me arrastro por las calles
sin saber a donde voy,
me miras a los ojos y te das cuenta...
de cómo estoy... de cómo estoy.


Desviando... la atención de mi propia cabeza,
exculpándome de toda
no cumplida promesa.
Recibiendo... reprimendas de brazos abiertos,
canalizando de un oído a otro
todos tus cuentos.

Hoy sale el Sol por el Sur, será su naturaleza;
o será el calentamiento
que tu cuerpo provoca en mi cabeza.
Ser villano y golfo en este siglo mal visto está;
pero estoy seguro de que así
son los hombres de verdad, de verdad...
¡de verdad!

Si me siento mal y me tumbo peor,
tan solo quiero saber dónde estás tú.
Si me pierdo en la certeza de saber que es imposible
que vuelva a salir el Sol por el Sur.

Una playita, una morena
y un piropo a la orillita del mar,
que la luna sea testigo
de to lo que me das.
De golfo a romanticón por un besito
de esos que se rompe el mar;
he de confesarte que así
somos los hombres de verdad, de verdad...
¡de verdad!

Me gira la cabeza
y es que el tiempo se ha parao,
te canto, te canto y no miras,
me tienes desesperao.
Me arrastro por las calles
sin saber a donde voy,
me miras a los ojos y te das cuenta...
de cómo estoy... de cómo estoy,
de cómo estoy, de cómo estoy,
que estoy que estás, que estás que estoy,
que ves que estoy, que estoy que ¿ves?,
que te das cuenta de cómo estoy,
que estoy como estoy,
que ves cómo estoy...
¡hay que ver cómo estoy!.



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jueves, 4 de octubre de 2007

Camaradas de alquiler



Risas y llantos. Vicios desbocados. El sonido del mar, de noche, sobre la arena, las notas apagadas e imprecisas de mi vieja guitarra desafinada; patadas al pasado y unos cuantos camaradas de alquiler.

Así, tan brevemente, puedo resumir uno de los mejores veranos de mi vida. Quién me diría, cuando Junio tocaba su fin, que un cursillo de Domótica iba a dar tanto de sí. Primero apareció él, ese rubito medio guirufo con el que tantas veces me había reído y tan pocas veces había salido, ni siquiera de tapas. Con él, dos muchachas guapísimas. “Esto empieza bien”, pensaba yo, jeje.

De una de ellas me basta decir que tiene una de las virtudes que más adoro en las personas: tiene ingenio, es de risa fácil y además la contagia. Chiquitilla, menudilla; pero me da que tiene un corazoncito que no le cabe en ese cuerpecillo.

De la otra chica debo destacar un gesto que me llenó por completo: un día, porque tenía frío, se cogió de mi brazo. Yo venía de un año malo, muy malo, con mucha falta de afecto y cariño (que lo tuve, pero me faltaba aún así). Con tan poco tiempo para enseñar lo mejor de mí, ese gesto insignificante me pareció un mundo, y juro que el que recibió calor al final fui yo. Calor humano, el calor del cariño. Que nos conocemos y las mentes… siempre van a lo mismo, carajo xD.

A lo largo de esos días, el rubito iba mostrándome, sin quererlo, cosas que no conocía. Cosas grandes (nuevamente estaréis pensando en lo que estaréis pensando… qué enfermos, coño…). Pero todavía faltaba un poco para descubrir lo grande que era ese tío. No adelantemos acontecimientos.

Antes de eso apareció otra chica. Mi futura compañera de gremio, con una brutal sinceridad que me cautivó desde el primer momento, no le temblaba la voz a la hora de expresar su opinión, incluso si eso podía ser incómodo. Me encantaba. Y eso fue mi perdición y, al mismo tiempo, mi salvación. Un botellón mal calculado, una cerveza de más, cuatro cubatas de más, unas sillas sobre la arena, el mar, los recuerdos, los fantasmas,… y ella con ganas de escuchar. Pues allá tú, pensé. Me temía lo peor removiendo esos fantasmas y sin embargo el resultado iba siendo el contrario, poco a poco parecían escaparse o, mejor dicho, perder fuerza. Coño, perdían fuerza. Cómo podía ser. Hizo falta una conversación con las olas. Unos ojos verdes frente al mar sereno con el brillo de la luna sobre los acuosos cristalinos, de pie, estoico, sereno, sonriente. Hablándole al Mediterráneo. El 98 por ciento de las lágrimas que soltamos son inertes, estúpidas, innecesarias. El 2 por ciento restante llevan dentro la amargura de los malditos fantasmas, y cuando se expulsan dejan lugar a la razón y la lucidez. Cómo coño he sido tan capullo, cómo me he permitido pisotear de esa manera. Volví a casa como pude y me acosté consciente de que era un hombre nuevo, o casi nuevo. Al menos, el vaso estaba lleno. Unos días después se depositaría la gota que colmaría el vaso y todo reventaría, todo, a la mierda. La patada al pasado más grande de mi vida. Hombre nuevo con mayúsculas. HOMBRE NUEVO.

Por si esto fuera poco, el resto del verano fue inolvidable. No puedo creer que un mes de estudio intensivo haya sido tan productivo, tan bonito, tan lleno. Ha sido duro, pero en ese tiempo apareció lo que faltaba del rubito medio guiri. El día que, tras volver de Medicina, me dijo al instante ¿qué te pasa, tío?, descubrí que no era un colega cualquiera. Un colega no ve esas cosas. Un colega está en las duras y simula estar en las maduras. A este tío no le importaba perder tiempo valiosísimo de estudio en escuchar e intentar ayudar. Y siempre correcto, siempre desde una leve barrera, opinando firme pero precavido. En pocas palabras, ayudando sin meterse donde no le llaman. No voy a usar la palabra “amigo” tan pronto, porque la reservo para el paso de los años y las experiencias; pero sin duda es el “no-amigo” que está más cerca del “amigo”. Está claro, es de esas personas que van a lo suyo y valen más de lo que parecen a simple vista.

No quisiera terminar sin hacer mención al resto de camaradas que se unieron a la tripulación casi de alquiler, sin venir a cuento, y a los cuales ya he convertido en tripulantes de a sueldo fijo por méritos propios. El futuro empresario ferrarista anti-alonsista que ansía dominar el mundo y exterminar a los rojos, el matemático fiestero patrón de embarcación de recreo más desfasado de La Perla, la socióloga medio-pija rara fanática de los post-it más especial del mundo, el teleco bético profesional de los bolos y socio de honor de La Parra, el informático callado y culto cuyo blog siempre hace pensar,…

A todos vosotros, gracias y al abordaje, mis valientes. Que ya ha empezado esto de nuevo, otra vez Octubre y, visto lo visto… no queda sino batirse.



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martes, 14 de agosto de 2007

Pirata y embustero


El viento a siete nudos de través
mueve la vela mayor

de mi velero,
un pequeñito galeón
de asalto español.

Y pirateando por el mar
en este barco robado
lo olvido todo:
mi nombre, mi lugar de nacimiento,
tu olor y mi razón.


Pero si tú quisieras yo me tiro al agua,
la daga entre los dientes,
no me importa nada,
y hasta con las manos desnudas
yo te cazo pa ti un tiburón;
que si tú quisieras yo le tiro el gancho
de asalto a la curva de la luna
y le robo unas estrellas
del firmamento pa ti, corazón.

Sé que no soy buena persona,
si lo dijo Joan Manuel Serrat:
soy pirata y embustero,
me gusta el juego y el vino,
tengo alma de marinero.

Al abordaje, mis valientes,
espada en mano, daga entre los dientes.
Somos piratas en el mar de la vida
en busca siempre
del mejor botín,
adelante, mis valientes,
letales y terribles como serpientes.
No tenemos nada que perder
sólo el orgullo, y ya lo perdí
con una mujer.

Cuando me dejaste
ser pirata fue la única salida
que encontré en aquel puerto,
un puerto ya cargado de fantasmas
que no me atrevo a remover.

Me abandonaste
con los dos ojos bien,
las dos piernas también,
y la botella de ron...
el alma de madera
y un parche negro en mi corazón.

Pero si tú quisieras yo lo olvido todo,
el negro de tu pelo,
el verde de tus ojos
y el inigualable tesoro que era
tenerte cerca de mí.
Que me han faltado
muchas cosas por decirte,
la de “te quiero” ha sido
mi mayor despiste,
ya sólo me queda robar,
asaltar y emborracharme por ahí.

Sé que no fui buena persona,
si lo dijo Joan Manuel Serrat:
soy pirata y embustero,
me gusta el juego y el vino,
tengo alma de marinero.


Al abordaje, mis valientes,
espada en mano, daga entre los dientes.
Somos piratas en el mar de la vida
en busca siempre
del mejor botín,
adelante, mis valientes,
letales y terribles como serpientes.
No tenemos nada que perder,
sólo el orgullo, y yo lo perdí
con una mujer.


Creí dejarme tu recuerdo en tierra
pero el desengaño me alcanzó
y ahora soy pirata al fin, ay,
porque tengo que robar pa no pensar en ti.
Una de sal y otra de arena
en este océano de pena.

Que por las noches yo recorro en sueños
cada poro y surco de tu piel,
maldita sea la mirada de tus ojos,
que no son ojos; sino dos perlas de miel...
maldita sea porque
por ella me veo

navegando por los siete mares
contra mis deseos y mi fe,
persiguiendo a Barbaroja, Barbanegra,
Barbagris o quien te tenga a ti...

Si por un beso tuyo
me juego el cuello,

será porque te quiero.
Según me brújula
en el Norte está el Sur

y en el Sur...

...es donde estás tú.

---------------------------- . --------------------------------

En honor a esos dos años de sequía artística, de amor y desamor, de amistades, despedidas, alegrías, decepciones,...

En honor a los camaradas de mi tripulación, gente de amistad vieja o nueva, que se pusieron a los cañones en cuanto me vieron flaquear para destrozar a los navíos enemigos y permitirme seguir capitaneando este galeón por los siete mares de la vida...

En recuerdo de vosotros, del tiempo pasado, de lo aprendido, lo vivido y lo que me queda por vivir, sirva esta canción para saldar mi deuda. Dos años de mi vida en ella, entre sus líneas, intercalados como endecasílabos de un monólogo en verso que mi alma pedía liberar para siempre con el fin último de no reventar en mil pedazos.

La historia del pirata que nunca fui y que me gustaría haber sido.






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lunes, 23 de abril de 2007

Una noche sin luna en San Pedro...

Una noche de buen vino
y de mejor compañía
anduvimos por la calle
hasta aplastarnos el día
y nos bañamos vestidos
como en un día de boda.
En la villa de San Pedro
vi el paraíso en su boca.

Y su madre en la cocina
preparándole la cena.
Nadie cena como en casa
si la que guisa es mamá;
el mundo ajeno a lo nuestro
iba a su velocidad,
mientras que ella y yo anudados
nos prometimos el mar.

Nos prometimos el mar,
lleno de vida y de sal
llenamos el corazón,
violencia y calma a la vez,
él es el mismo traidor.
Azul o verde da igual,
nos prometimos el mar.

Y me he pasado las horas
apoyado en la farola
que daba luz a su puerta
sólo por verla pasar.
Aguantando las tormentas
por regalarle una rosa,
rosa que nunca le dí...
ya no la volví a ver mas.

Nos prometimos el mar,
lleno de vida y de sal
llenamos el corazón,
violencia y calma a la vez,
él es el mismo traidor.
Azul o verde da igual,
nos prometimos el mar.

Uno y una no son dos,
uno y una es lo que es,
y un día yo tome mi senda
y ella la suya también.
Y si el destino quisiera
hacer con las dos un lazo
me agarraré a su cintura
y haré un nudo con mis brazos
porque una noche sin luna
nos prometimos el mar.

La vida son 4 días
y yo por el tercero voy.
Y ese día que me queda
lo soñé para los dos;
pero si por una de estas
ella no vuelve a pasar
recordaré que en San Pedro
nos prometimos el mar.

Nos prometimos el mar,
lleno de vida y de sal
llenamos el corazón,
violencia y calma a la vez,
él es el mismo traidor.
Azul o verde da igual,
nos prometimos el mar.



Para Ángela, por estar ahí. San Pedro, de Carlos Goñi.


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jueves, 29 de marzo de 2007

Naturaleza

Aire que me peinas,
que siempre voy tan despeinado
y me consuelas,
me susurras que estás a mi lado.
Tierra que desentierras
la pipa de la paz embriagando
mi loca cabeza, de risas y de brisas,
cuando tú no estás
mi reloj de arena se para
y se muere,
porque hierve y se congela,
porque se vacía y se llena...
porque por darte todo me arde con el
fuego que me quema
el alma si te estoy mirando,
échale leña a la hoguera
porque las brasas me lo están suplicando.
Agua que me llena,
el vaso de mi corazón,
si se sube la marea,
yo me pongo mu cabezón
porque si te vas,
mi cama se vuelve un agujero negro,
se me clavan los puñales,
se me acaban los finales,
porque por más que lo intento
ya no me acuerdo.

Si me preguntan de donde vengo,
yo no lo sé.
Últimamente vivo en el infierno
en un piso de alquiler.
Lo que me pasa es que yo estoy cambiando
y creo que no es para bien;
pero te digo yo,
que pase lo que pase
yo te siento siempre, siempre, siempre...

Si me preguntan de donde vengo,
yo no lo sé.
Últimamente vivo en el infierno
en un piso de alquiler.
Lo que me pasa es que yo estoy cambiando
y creo que no es para bien;
pero te digo yo,
que pase lo que pase
yo te siento siempre, siempre, siempre...
... naturalmente.

Porque si te vas,
mi cama se vuelve un agujero negro,
se me clavan los puñales,
se me acaban los finales,
porque por más que lo intento
ya no me acuerdo.

Si me preguntan de donde vengo,
yo no lo sé.
Últimamente vivo en el infierno
en un piso de alquiler.
Lo que me pasa es que yo estoy cambiando
y creo que no es para bien;
pero te digo yo,
que pase lo que pase
yo te siento siempre, siempre, siempre...

...siempre, siempre, siempre, siempre, siempre,
siempre,...

¿o no?


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