sábado, 19 de septiembre de 2009

Mi niña se fue a la mar

Hay veces que el refranero español resume todo un complejo entramado de pensamientos y sentimientos. En este caso, yo diría que el mejor exponente sería aquel de "Dios los crea y ellos se juntan". Y que me cuelguen si no es verdad (que, ciertamente, no lo es, porque a esta gente no los creó Dios sino la madre que los parió, pero eso son divagaciones semánticas irrelevantes).

Así pues, sin más comentarios molestos por mi parte, procedo. Hablemos de Camarón de la Isla y de Federico García Lorca. Pasen, vean, escuchen, sientan y opinen.



José Monge Cruz nació en San Fernando, Cádiz, el 5 de diciembre de 1950, hijo de Juana Cruz Castro y Juan Luis Monge Núñez y era el penúltimo de ocho hermanos de familia gitana. Por ser tan delgado, rubio de niño y piel blanca, cosa rara en los gitanos de Andalucía, su tío José decía que parecía un camarón. Además, San Fernando es conocido como "La Isla" por estar ubicado en la Isla de León, así que su primer nombre "artístico" fue el conocido Camarón de la Isla. Camarón tuvo la suerte de ver en su propia casa cantar a maestros como Manolo Caracol o Antonio Mairena. Si de ahí no salía un artista, de pocos sitios más podía salir. Por si fuera poco, tras la muerte de su padre se vio obligado a empezar a cantar para sacarse una perrillas y ayudar a la familia.

10 años después conoce a Paco de Lucía en el tablao "Torres Bermejas" de Madrid. Desde entonces, 1969, hasta 1977, ambos grabarían juntos y sus nombres se harían mundialmente conocidos. Como curiosidad... las Torres Bermejas son un baluarte del que hoy día sólo quedan tres torres, que servían para defender los puntos circundantes de la Vega de Granada y que pertenecían a la Alcazaba de la Alhambra, con la cual se comunican aún hoy día mediante una muralla. Está claro, si mi tierra no estaba presente en esta unión artística histórica, es que no era una unión artística histórica.

En 1979, Camarón graba "La leyenda del tiempo" y crea al mismo tiempo su propia leyenda. El flamenco jóven acababa de renacer en la garganta rota de un gitano revolucionario al que los más puristas rechazaban y del cual hoy día nadie se atreve a renegar.

El 2 de Julio de 1992, Camarón de la Isla fallecía en Badalona víctima del cáncer por su terrible adicción al tabaco y a las drogas. Y es que, como buena leyenda que era, no era un santo precisamente. En un accidente de coche mató a dos personas y fue condenado por imprudencia temeraria.


Por su parte, Federico García Lorca nació el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros, hijo de Federico García Rodríguez y Vicenta Lorca. Fue bautizado como Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca. Por suerte, su segundo nombre se lo pasó por el forro y nos ahorró a todos el suplicio de escribir semejante tocho en los exámenes de bachillerato.

De pequeño leía a Víctor Hugo y Miguel de Cervantes. Estudió Derecho en la Universidad de Granada, aunque pasó diez años en la Residencia de Estudiantes de Madrid. En esta epóca frecuentó a los poetas de su generación que permanecían en España: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Rafael Alberti, además de Buñuel y Dalí, a quien dedicó la "Oda a Salvador Dalí". El pintor, por su parte, pintó los decorados del primer drama de Lorca: "Mariana Pineda".

En 1929 viajó a Nueva York. De su viaje y estancia surge el libro "Poeta en Nueva York". En esta época comienza su creación teatral, tanto escribiendo como adaptando y dirigiendo desde Madrid hasta Argentina. Todo esto, claro está, hasta la Guerra Civil.

En esos momentos de inestabilidad, alguien le preguntó sobre su orientación política y él aseguró que se sentía a su vez católico, comunista, anarquista, libertario, tradicionalista y monárquico. Con dos cojones. De hecho nunca se afilió a ninguna de las facciones políticas y jamás discriminó o se distanció de ninguno de sus amigos por ninguna cuestión política. Es más, era íntimo amigo de José Antonio Primo de Rivera...

Así era Lorca. Otro revolucionario. Y maricón, abiertamente maricón en una época donde decir tantas verdades te situaba sobre la delagada línea entre valiente y temerario. En una entrevista al diario El Sol dijo "en Granada se agita la peor burguesía de España". Esa gota colmó el vaso. Algún cobarde lo denunció anónimamente y el 16 de agosto de 1936 fue detenido en casa de un amigo. Tres días después, la madrugada del 19 de agosto, lo llevaron por un camino entre Víznar a Alfacar y lo fusilaron junto a dos banderilleros y un maestro.

Antes de terminar, os dejo otro detalle de la entrevista en el diario El Sol con el que me identifico profundamente, más aún ahora que he salido de España y he visto un poco más de mundo. Decía:

"Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el sólo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política."


Pues ya conocemos un poco mejor a estas dos leyendas. Al principio de este texto decía que "Dios los crea y ellos se juntan". No me refeía a Camarón y Paco de Lucía, que también; sino a Camarón y Lorca. No se conocieron, no tuvieron ocasión, al pobre Federico lo mataron antes de que José naciera. Pero al arte atrae al arte, esto no es magnetismo y aquí los polos positivos sí se atraen. Por eso, cuando Camarón grabó "La leyenda del tiempo" y creó su propia leyenda, de algún modo estaba reviviendo la leyenda de Lorca, ya que las piezas de ese disco son poemas de nuestro poeta granadino. Todo esto, este tostón que os he plantado, como excusa para haceros escuchar y sentir la que para mí es la mejor pieza de flamenco que he escuchado en mi vida. Cortita, sencilla, sin malabares ni estridencias. Al estilo del poema y del poeta que la inspiraron.

Saludos desde Alemania, saludos más andaluces que nunca.




Mi niña se fue a la mar

Mi niña se fue a la mar,
a contar olas y chinas,
pero se encontró, de pronto,
con el río de Sevilla.

Entre adelfas y campanas
cinco barcos se mecían,
con los remos en el agua
y las velas en la brisa.

¿Quién mira dentro la torre
enjaezada, de Sevilla?
Cinco voces contestaban
redondas como sortijas.

El cielo monta gallardo
al río, de orilla a orilla.
En el aire sonrosado,
cinco anillos se mecían
.




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